viernes, 7 de junio de 2013

El Camino del Héroe. Un Viaje Iniciático


EL VIAJE DEL HÉROE 
y LOS ARCANOS DEL TAROT


ORIGEN Y SIGNIFICADO DEL VIAJE DEL HÉROE

El viaje del héroe es la historia más antigua del mundo. Su estructura básica está entretejida de mitos, cuentos de hadas y leyendas, que nos relatan cómo una persona se pone en marcha para dar cumplimiento a la gran tarea.

Es la misma historia, detrás de todas las historias, que se ha venido contando hasta el día de hoy, una y otra vez, en todos los idiomas y culturas, de la misma forma, aunque con innumerables nombres distintos.

No ha sido creada ni inventada por nadie, sino que es un mensaje de sabiduría que procede directamente del alma.
Podríamos decir que "hemos traído con nosotros" este conocimiento. Al ser la historia más antigua del mundo es también una historia ejemplar, una parábola del camino que los seres humanos recorremos a lo largo de nuestra vida. Por ello es tan interesante. Y debe ser contada repetidamente, para que no perdamos de vista por qué estamos en la Tierra, y qué vinimos a hacer aquí

Muchos etnólogos, psicólogos, filósofos y sociólogos han estudiado este tesoro escondido en nuestros mitos y cuentos de hadas buscando sus raíces.

Ante todo, deseamos agradecer al psicólogo suizo C. G. Jung por la esclarecedora interpretación que hace de este fenómeno, en la que nos dice que los temas, comunes a estas tradiciones están conectados con el alma del ser humano.

Nos ha demostrado que no sólo tenemos unas características externas que nos individualizan como personas, con independencia de nuestra edad, raza o género, tenemos también algo que nos es común en un determinado plano espiritual. 

Jung ha denominado este universo interior inconsciente colectivo. Este nivel, que conecta a todos los seres humanos, es el de los arquetipos del alma, cuyas imágenes no se adquieren a través de la experiencia, sino que las "hemos traído con nosotros". El sabio anciano es, por ejemplo, uno de estos arquetipos.

Podría incluso aparecer en los sueños de alguien que jamás lo ha visto o ha tenido noticia de su existencia. Ello quiere decir que, aún sin tener un ejemplo externo, el inconsciente es capaz de mostrarnos imágenes arquetípicas que proceden de una fuente colectiva. Lo mismo puede decirse de los ángeles, un arquetipo que es aún menos probable que hayamos visto alguna vez.
El viaje del héroe es una situación arquetípica, un conjunto de acciones entretejidas a partir de esas imágenes primigenias. Por ello, y a pesar de sus muchas variaciones, tanto el viaje como las imágenes nos resultan tan extrañamente familiares. Nos hablan siempre de una búsqueda, de la aventura de ir en pos de un tesoro escondido, muy difícil de encontrar, y de sus diversos componentes.

El filólogo Walter Burkert ha resumido estos componentes de la siguiente manera:

A raíz de una pérdida o una misión, el héroe debe llevar a cabo una tarea. Se pone en marcha, y a lo largo del camino se encuentra con adversarios y con quienes le ofrecen ayuda. Logra hacerse con la fórmula mágica, y hace frente a su oponente, venciéndolo, aunque es frecuentemente marcado en este proceso. Una vez que consigue lo que busca, deshaciéndose de perseguidores y adversarios, coge el camino de regreso a casa. Finalmente, hay una boda y una ascensión al trono. ("Mythos and Mithologie" Walter Burkert)

 No importa cuántas veces esta historia haya sido contada ni las muchas colecciones de cuentos de hadas y mitos con los que se la pueda relacionar, sólo nos ha sido entregada una vez completa y en imágenes, y es a través de los Arcanos Mayores del Tarot.
No nos estamos refiriendo solamente a la ilustración de los hechos arquetípicos, sino a las conexiones individuales entre las distintas etapas, que se desprenden de la estructura de las cartas. Su significado, en relación con nuestro viaje, nos resulta entonces comprensible al más profundo nivel.

Aparentemente, los elementos esenciales del viaje del héroe solían leerse en el cielo, siendo los movimientos de dos grandes luces, el Sol y la Luna, importantes puntos de referencia. Para poder entenderlo debemos considerar el mundo como lo hacían las gentes que vivieron en el milenio anterior a los grandes cambios introducidos por Galileo y Copérnico. Hoy sabemos que la Tierra gira sobre su propio eje y alrededor del Sol. Sin embargo, de acuerdo con nuestra percepción, el Sol continúa saliendo por la mañana y poniéndose por la tarde, y a pesar de todos los descubrimientos científicos de los pasados siglos, nada ha cambiado esta experiencia. Y si queremos comprender la historia que el alma nos cuenta, debemos abrirnos a su realidad, y ver el mundo tal como se ha mostrado a los ojos de los hombres desde tiempos inmemoriales.



La Montaña del Mundo, en la que los seres humanos vivimos, se encuentra en el centro, franqueada por poderosas columnas. La columna izquierda está coronada por la Luna y la columna derecha por el Sol, y ambas sostienen la bóveda del cielo, bajo la cual nos sentimos todos tranquilos y seguros.




Este antiguo concepto se ve muy claramente en la representación esquemática que los babilonios se hacían del mundo. Aquí, la Montaña del Mundo se eleva en el disco central, que está rodeado por el océano. El anillo del horizonte contiene las esferas por las cuales viajan los planetas

Bajo el horizonte, se encuentra el inframundo. En esta concepción del mundo de los babilonios es posible estudiar los fenómenos que han inquietado a los seres humanos en la Antigüedad, y que permanentemente han intentado explicar. ¿Cómo es posible que el Sol se ponga cada tarde por el oeste, apareciendo sorprendentemente a la mañana siguiente por el este? ¿Cómo llega hasta allí? Sin que nadie lo vea durante la noche, aparece nuevamente por el lado opuesto al otro día. Las mentes más iluminadas llegaron a teorías diversas. Una de ellas propone que al atardecer el Sol sube a una barca en la puerta del oeste, frecuentemente asociada a una descendente Luna creciente, y viaja a través de la noche de los cielos. La noche de los cielos era considerada un mar nocturno, y de ahí la historia del viaje nocturno del héroe a través del mar



En otra parte se difundió la noticia de que el Sol desaparecía bajo el horizonte cada tarde, de lo que se dedujo que tenía que haber un mundo inferior, y que nos cuentan que las almas de los muertos esperan ansiosamente la llegada de la luz y de la energía vital del Sol, regocijándose cuando este se sumerge en el mundo de las tinieblas. Aparecieron también historias sobre la lucha de poder de la luz contra el poder de las tinieblas, a la hora de las brujas. El ascenso triunfal del Sol cada mañana era, pues, la evidencia de su naturaleza invencible.

 Se dio también suma importancia al movimiento de a Luna, la segunda luz  más grande del cielo. Al final de su ciclo, y por tanto al final del mes original, la fase creciente de la vieja Luna podía verse por última vez en la mañana, por el horizonte del este. A ello le seguía un promedio de tres noches sin Luna, antes de que la luz pudiera verse nuevamente por primera vez en el horizonte del oeste, al atardecer. En eso tres días y noches la Luna supuestamente cruzaba el mundo inferior porque, ¿cómo, si no, podría aparecer repentinamente por el oeste después de haber sido vista por el este la última vez

Otra historia análoga a esta del cielo, y que forma parte de la tradición de muchos pueblos, cuenta que el héroe viaja al inframundo a llevar a cabo una importante tarea, regresando victorioso, o levantándose entre los muertos al cabo de tres días. Sin duda, estamos muy familiarizados con este argumento que encontramos en la Biblia y en la fe cristiana, según el cual Cristo "fue crucificado, murió, fue enterrado, descendió a los infiernos y resucitó de entre los muertos al tercer día...".






Debemos agradecer a los antiguos egipcios su importante aportación de conocimientos sobre los símbolos y las conexiones con el viaje del héroe, o sea, las cartas de los arcanos Mayores, han ilustrado con ricas imágenes el viaje de Ra, su Dios Sol. En su barca, llamada "la barca del millón de años", cruzaba Ra diariamente el cielo del día y el cielo de la noche.

Este tema puede encontrarse también en los 22 Arcanos Mayores. Las cartas impares, del I al X, cuentan la historia del Sol a través del cielo diurno, mientras que las pares, del X al XVIII, describen el descenso al inframundo y el posterior regreso a la luz. Como resultado, de cada par de cartas relacionadas entre sí por suma cruzada se pueden hallar correspondencias de significado.

 Los momentos de cambio en este viaje están marcados por El Ermitaño y La Luna. Aunque el cangrejo (Cáncer) puede fácilmente reconocerse en la carta de la Luna, tenemos que consultar la astrología para saber que El Ermitaño corresponde a Saturno y al signo de Capricornio. Ello quiere decir que estas cartas reflejan también el momento de cambio de los ciclos anuales del Sol, el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio. 

El leitmotiv de ambos tramos del camino se encuentra, pues, en los dos primeros arcanos. 



De las cartas impares, la primera es la que determina el tema central: El Mago (I) muestra el sendero masculino del desarrollo de la conciencia, que va de izquierda (consiente) a derecha (consiente).   








Por  otra parte la Suma Sacerdotisa (Arcano II) es la clave del sendero femenino de las cartas pares, que va de derecha a izquierda, orientado a la oscuridad, a lo inconsciente, a lo secreto y que es en definitiva el camino a través de los misterios.




Naturalmente, el camino no es ni del hombre ni de la mujer. De hecho, la única forma de reencontrar la totalidad es recorrer ambos las dos vías. El camino del héroe es también el camino de la heroína, aunque la mayor parte de los mitos conservados proceden de sociedades patriarcales y tienden a contar historias unilaterales de héroes que llevan a cabo grandes hazañas.


 El psiquiatra y psicoanalista Carl G. Jung describe la evolución del yo como un proceso de individuación que implica descubrir y desarrollar nuestra singularidad, permitiendo que aflore la naturaleza individual, a fin de encontrarnos a nosotros mismos y alcanzar finalmente la totalidad.

Este camino, comparable al del Sol, puede ser también subdividido en dos secciones, siendo la primera mitad de la vida el momento del desarrollo personal y del crecimiento exterior

En la segunda mitad, por el contrario, nos volvemos hacia nuestro interior y tomamos contacto con la sombra. El tema común de las tres últimas cartas nos habla del resultado final del proceso de individuación, es decir, la personalidad unificada, que ha madurado hasta alcanzar la totalidad.

Quienes han atravesado los dos muros llegan al tema final de las cartas XIX a XXI que representa el retorno a la luz -El Sol-, el misterio de la transformación -El Juicio-, el paraíso recuperado -El Mundo-. La vigésima segunda carta, con el número 0, es El Loco. El bufón de Shakespeare dice: "La locura, señor, recorre el orbe como el sol


LAS ETAPAS DEL VIAJE DEL HÉROE

En “El Viaje del Escritor: Estructura Mítica para Escritores” escrito por Christopher Vogler, el escritor analiza y renueva el ya ilustre viaje del héroe examinado por Joseph Campbell en ‘El Héroe de las Mil Máscaras’, los arquetipos contemplados en el libro y las etapas del camino. Aquí viene una combinación de ambos.


 EL VIAJE DEL HÉROE

La historia del héroe es siempre un viaje. En una buena historia el héroe crece y cambia haciendo un viaje de una manera de ser a otra distinta y mejor. Es este viaje, muchas veces emocional, el que engancha y embruja  al público y hace que valga la pena leer o ver la historia.

ETAPAS DEL VIAJE

1) El Mundo Ordinario, en el que la audiencia conoce al héroe, descubre sus ambiciones y limitaciones, y forma un lazo de identificación y reconocimiento.

2) El Llamado A La Aventura (incidente incitante), cuando el héroe es desafiado a llevar a cabo una búsqueda o resolver un problema.

3) Rechazo De La Llamada, cuando el héroe duda o expresa temor.

4) El Encuentro Con El Mentor, donde el héroe hace contacto con una fuente de apoyo, experiencia o sabiduría.

5) El Cruce Del Primer Umbral, el punto en el que la persona en verdad se compromete con el campo de la aventura, dejando los límites conocidos de su mundo y aventurándose hacia el reino desconocido y peligroso, donde las reglas y los límites no son conocidos.


6) Pruebas, Aliados y Enemigos, situaciones y personas que ayudan al héroe a descubrir lo que es especial sobre la aventura que ha emprendido.

7) Acercamiento A La Cueva Profunda, la fase en la que el héroe se prepara para la batalla central de la confrontación con las fuerzas de fracaso, la derrota o la muerte.

8) La Prueba Más Difícil, la crisis central de la historia en la que el héroe enfrenta su o sus temores más grandes y prueba la muerte, ya sea literal o metafóricamente. También llamado "La Batalla", punto medio de la historia (muerte y renacimiento).

9) La Recompensa, momento en el cual el héroe disfruta los primeros beneficios de haber confrontado el miedo y la muerte. ¿Qué conoce o experimenta esta persona ahora que está más allá del bien y del mal, de lo masculino y femenino, de la vida y la muerte? Esto es por lo que el héroe inició su viaje. Todos los pasos previos sirven para preparar y purificar para este paso, ya que en muchos mitos la recompensa es algo trascendente como el elixir o la vida misma. Un regalo o bendición es dado al héroe basado en sus habilidades y conciencia.

10) El Camino De Regreso, donde el héroe se compromete, ya sea voluntariamente o no, a finalizar la aventura y deja (o es echado de) el "Mundo Especial". Alguna s veces el héroe no quiere volver a su existencia previa y deber ser convencido de hacerlo. Algunas veces el héroe debe escapar con la recompensa, si es algo que los Dioses han estado guardando celosamente. Volver del Viaje puede ser tan lleno de aventura y peligroso como fue ir en él. Así como el héroe puede necesitar guías y asistentes para emprender la aventura, muchas veces debe tener guía poderosos y rescatadores para traerlo de vuelta a la vida de todos los días, especialmente si la persona está herida o debilitada por le experiencia. O quizá el héroe no se da cuenta de que es tiempo de regresar, que puede regresar, o que otros necesitan la recompensa que el héroe ha descubierto.

11) La Resurrección, cuando el héroe enfrenta el desafío que lo purifica, lo redime y transforma en el Umbral A Casa. Para un héroe humano, contrariamente a los héroes trascendentales como Jesús o Buda, puede significar alcanzar un balance entre lo material y lo espiritual. La persona se vuelve competente y cómoda con ambos mundos, el interior y el exterior. Es el clímax de la historia.

12) Regreso al "mundo ordinario" o al "hogar" con el premio (DESENLACE) En las historias de amor el premio es el amor del ser querido, hay usualmente una escena de amor en esta etapa.



ARQUETIPOS COMUNES:

Héroe: el personaje que más se sacrifica.
Mentor: figura positiva que ayuda al héroe o lo entrena.
Guardián del umbral: el que no permite al héroe acercarse a su meta, puede ser antagonista o enemigo.
Heraldo: el que le anuncia al héroe que debe iniciar su lucha
Camaleón: un personaje que no tiene carga estable puede ser negativo o positivo dependiendo.
La Sombra: es todo lo negativo o contrario al héroe.
Aliados: figuras positivas parte de la personalidad del héroe.
El bufón o truhan (tramposo, chistoso): puede ser positivo o negativo, es el responsable de alivianar el ambiente cuando se pone tenso.

EL LOCO - EL HÉROE DE LA HISTORIA

¿No es extraño que de todas las personas sea precisamente El Loco el vencedor en este gran viaje? Hoy en día tenemos del héroe una idea completamente diferente: esperamos que sea valiente, fuerte, firma, inteligente, con aura de eterno ganador.

Con una mirada retrospectiva podremos comprobar sin embargo, que estos bravos héroes invencibles son bastante recientes, aunque algunos de ellos, como Gilgamesh, Heracles, Orión o Perseo forman parte de la historia hace tres o cuatro mil años.

Este tipo de héroe, claramente masculino, es propio de los albores del patriarcado, y básicamente distinto de los posteriores, con los que también estamos familiarizados, y que siguen vivos a través de la tradición oral, en nuestros cuentos de hadas y leyendas.

En estos casos, al menos al principio, el héroe no es particularmente valiente, fuerte, galante ni hábil. Suele ser más bien el joven, el tonto o el loco. Y no deja de ser interesante que sea precisamente el "simple" quien lleve a cabo con éxito la gran tarea.


Todas las historias tienen un patrón similar. Cuentan, por ejemplo, cómo una gran sombra cae sobre un reino floreciente, y el rey manda a buscar un héroe dispuesto a salvar sus tierras del peligro amenazador.



Normalmente, el rey tiene tres hijos. Los dos mayores manifiestan de inmediato su voluntad de ponerse en marcha y solucionar el problema. Son más o menos sinceros, pero aunque intentan salir airosos de la prueba, no lo consiguen.

Cuando el hijo menor se prepara también para intentarlo, todos se ríen de él, dándolo por perdedor. Y aunque sabe que no es particularmente inteligente, valiente o hábil, decide igualmente asumir el riesgo.
Luego de muchas pruebas y extraordinarios acontecimientos, acaba haciéndose con el tesoro escondido y difícil de encontrar, y lo lleva de regreso a casa, liberando así al reino de la terrible amenaza.

El rey habría creído a cualquiera capaz de cualquier hazaña, especialmente a sus hijos mayores, que se le parecían mucho, y que eran casi tan inteligentes y valientes como era él, o como lo había sido alguna vez. A su hijo menor, en cambio, no lo veía como a un héroe.


Este es el curioso mensaje que encierran todos los cuentos conocidos, procedentes de pueblos del mundo entero: la persona que consigue encontrar la solución al gran problema es precisamente aquella que creíamos incapaz de hacerlo. Marie-Loise von Franz nos da la explicación: "El simple"..., dice ella, "simboliza esencialmente la personalidad íntegra y genuina... Esta integridad es más importante que la inteligencia, el autocontrol o cualquier otra cosa. Es en esta naturaleza genuina donde radica la salvación de la situación".

Sería prematuro y a la vez erróneo sacar la conclusión de que este es el viaje de El Loco. Aunque es verdad que el héroe comienza el viaje como El Loco, es capaz de evolucionar con gran rapidez. Al final de la historia, sin embargo, debe adoptar nuevamente una actitud modesta y sencilla, similar a la que inicialmente tenía. Nos recuerda a Perceval, que se adentra en el mundo vestido como un loco, y, como él, encuentra el Castillo del Santo Grial al final de la historia. También aquí vemos aparecer al loco y, como él, encuentra el Castillo del Santo Grial al final de la historia. También aquí vemos aparecer a El Loco como un tonto simple al principio del relato, emergiendo más tarde como El Loco sabio. 

Las cartas muestran a El Loco acompañado por un perro que simboliza el poder de los instintos, que lo protege a lo largo del camino y sale en su auxilio cuando lo necesita. A pesar de encontrarse al borde del abismo y de no ser consciente de ello, nunca llega a caer.

El ladrido del perro lo pone sobre aviso o, más probablemente quizá, siente el impulso de seguir en otra dirección, sin llegar nunca a darse cuenta lo cerca del peligro que ha estado. Las montañas cubiertas de nieve que conforman el escenario de la carta representan las cumbres que aún le quedan por escalar en su viaje, y que son el hogar del Ermitaño.


Es la meta de la primera parte del viaje, al final de la serie de cartas impares: el conocimiento, o más exactamente, el autoconocimiento. Todo lo que lleva El Loco en su viaje está dentro de su hatillo, y ello ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. La mejor explicación se la debemos a Sheldon Kopp, que llamó al hatillo "la bolsa del conocimiento no usado".

Con ello expresa la típica y a la vez interesante actitud de El Loco: no sabe nada o no hace uso de lo que sabe aunque, en contrapartida, sus conocimientos jamás le bloquean u obstruyen. en cierto sentido personifica al niño que todos llevamos dentro que, como al resto de los años, le encanta probar siempre cosas nuevas y coger caminos imprevisibles. No cabe duda de que esta actitud abierta y libre de condicionantes es la ideal para el aprendizaje de cosas nuevas. Waite llamó a esta carta "la mente en busca de conocimiento".

Sin embargo, cuanto más adultos nos vamos haciendo, más tendemos a reafirmarnos en nuestras convicciones y opiniones. Dando por sentado que  estamos siempre en lo cierto, sin excepción, perdemos todo interés por conocer cómo se ve la realidad más allá de nuestras ideas. Vivimos en un mundo de conceptos, a los que con gran orgullo llamamos conocimiento pragmático, y que bloquea nuestra capacidad de abrirnos al conocimiento que procede de nuestro interior. Nos aferramos a aquellos juicios e imágenes que nos infunden una cierta sensación de seguridad, aunque la realidad es bien diferente. Nuestra vida se vuelve aburrida, rutinaria y monótona, y al no surgir cosas nuevas e intensas que nos ilusionen, la alegría de vivir se marchita en nosotros. Y, qué duda cabe, la realidad nos da alcance, una vez tras otra, haciéndonos reconocer, en nuestras crisis, que nuevamente nos hemos hecho de ella una idea equivocada.

Por el contrario, El Loco representa el lado alegre y sin grandes complicaciones que también tenemos, a quien la perfección o los errores le son completamente indiferentes. Con alegría y de forma desenfrenada va por la vida probando cosas nuevas, sin temor a equivocarse, a hacer el ridículo. Si algo no funciona, simplemente lo vuelve a intentar hasta que lo consigue o hasta que pierde el interés. Le gusta experimentar ese sentimiento de felicidad que nace del corazón, y se sorprende ante la cantidad de posibilidades, la gran variedad de cosas que la vida y el mundo le ofrecen.



Bibliografía: Extractado del libro "El tarot y el viaje del héroe" de Hajo Banzhaf 




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